VADEMECUM DE ESTILOS
Como primer plato una sopa de letras es un plato de orden, de derecha, la izquierda preferirá como poco la ensalada de rúcola. Es de derecha sentirse a gusto con polo, pantalones color Camel y zapatos náuticos sin calcetines, y de izquierda con camiseta negra, vaqueros y zapatillas de deportes tirando a gastadas (si son sandalias ya se borda), pero atención: vaqueros con chaqueta, incluso sin corbata, te llevan a la derecha. Si viajas a Cancún de viaje de novios sois de derecha, los de izquierda se plantan mejor en Vietnam o en El Aaiún. La derecha van al teatro a desconectar con espectáculos trillados y de final previsible, titando a cómicos, la debilidad de la izquierda en cambio es una obra con dos actores sobre un escenario minimalista, y que no se entiende nada, por lo mismo que una pintura floral o un bodegón es un gusto pictórico de derecha mientras tres borrones con manchas de tinta lanzadas desde dos metros contra un lienzo es, en cambio, bien de izquierda. Si unos leotardos te hacen de izquierda unas medias negras de encaje te llevan irremisiblemente a la derecha. Una piscina en un chalet es claramente de derechas, si lo llamas alberca y está junto a un huerto puede pasar por izquierda.
No te quejes de una mujer en bragas publicitando un flan de vainilla en un spot, porque entonces no te libras de ser un moralista: si eres de izquierda denunciarás la ideología machista del spot, si eres de derecha que hay demasiado sexo en la tele. Asistir a misa de doce el domingo, y en la catedral, es de derecha de toda la vida, y levantarse para misa de ocho es ya de derecha cavernaria; una misa de izquierda es en idioma guaraní en un claro de la selva amazónica o, viajando atrás en el tiempo, las oficiadas en los ’70 por los curas-obreros. El jamón en bocadillo es más de izquierda que el jamón en plato y con picos de pan, por supuesto, aunque comas lo mismo, y las tostadas con mantequilla son más de derecha que con aceite de oliva y tomate rallado (bueno, ahí andan…). Nada es más de izquierda que un concierto rock de guitarristas greñudos y salvajes, como nada es más de derecha que un coro rociero de señoras del pueblo con mechas rubias de peluquería. Hablando de pelos: el pelo corto, casi rapado, es de izquierda, el pelo largo en melenita es de derecha (hace 40 años era al revés…). La Vespa es de derecha, para ir en moto en plan izquierda hay que comprarse una Harley o poco menos. ¿Un coche bueno de derechas? el inconfundible deportivo rojo en que sólo caben dos; ¿uno bueno de izquierda? esos station-wagon-familiar en los que entra hasta el equipo completo de esquí. Contradictorio, porque esquiar es de derechas, y de izquierda (y mucho) es escalar montañas, pero sobre todo encaramarse en ambientes urbanos por paredes altísimas. Y es que el campo y la montaña con sus vacas son de derecha, y de izquierda la ciudad y las fábricas con sus semáforos y su smog.
¿Colores de derecha? fácil: el rosa y el celeste, ¿de izquierda? el que más, el lila o, en realidad, cualquier mezcla de colores desvaída o borrosa. Una camiseta de finas rayas horizontales puede ser de izquierda, al menos mucho más que una camiseta con sólo cinco o seis gruesas rayas estilo rugby, y más con cuello. Los músculos voluminosos del gimnasio o la panza cervecera te hacen muy de derecha, la delgadez marcada, de izquierda (no por no comer, sino porque es así). De derecha es ayudar a un pobre que pide en la calle, de izquierda apadrinar a un niño guatemalteco. ¿Llevas sombrero por la calle o algo que te cubra la calva? si tienes más de 60 años es que eres de derecha, si tienes menos de 40 es que eres de izquierda. Si te quieres dejar una barba de izquierda dos son las opciones válidas: o larga y descuidada o siempre corta de 8 días, sólo uno de derecha retoca su barba como el seto en un jardín. ¿Eres miope? Gafas de pasta negra a la izquierda, gafas metálicas plateadas a la derecha (y ahumadas ya es total). ¿Tienes perro? Si es un chihuahua faldero eres de derecha, uno de izquierda sólo pasea perros de mayor cilindrada, el Setter irlandés le va bien (si eres hippy el pastor alemán es perfecto).
Si tienes poco pecho y usas relleno para gustar más eres de derecha, las de izquierda han descubierto la estrategia contraria: no ponerse sujetador. ¿Tienes hambre? A la derecha hay un asador de carne, a la izquierda un japonés con salmón crudo en texturas. ¿Te aburres en el tiempo libre? Hay cursos de aeromodelismo o de decoración de tazas para los de derecha, y de cerámica alfarera o de reciclaje de materiales para los de izquierda. Cuando te sientas pobre y para aliviarte, carga contra quien vive de tus impuestos, contras los obispos la izquierda, contra los sindicatos la derecha; o también contra los ricos que no hacen nada, contra la Casa Real la izquierda, la derecha contra los actores del cine español, y que encima, adinerados como son, recogen los premios con camisetas baratas de mercadillo…
Para curarse de un dolor insidioso la derecha recurre a los remedios de la abuela: ingerir líquidos variados añadiendo siempre miel, refriegas con ungüentos apestosos, encomiendas a santos y vírgenes; la izquierda en cambio ingiere kéfir, inhala flores de Bach o se encomienda al Ayurveda de la India. Si no funciona nada, ni a derecha ni a izquierda (lo que es probable…), la derecha recurre a la imposición de manos del sudoso curandero de la comarca y la izquierda a la imposición de manos del Reiki oriental, que proporciona “armonización natural utilizando la energía vital universal”. No pidas chocolate con churros en un café antes de ir a un mitin de izquierda, no pega nada, como tampoco pega una infusión de raíces coreanas en la penumbra de una tetería arabizante si vuelves de un mitin de derecha. ¿Decorar la casa por la izquierda? con objetos étnicos de países lejanos: una máscara de Senegal, un tapiz rústico boliviano, unos enormes bambús indonesios, la derecha se autolimita a lo étnico patrio: muebles castellanos, una rueda de carreta en el jardín y, en la cocina, una preciosa ristra de ajos colgando junto a unas espigas.
¿Escapada de fin de semana? Derecha, por favor, a Palma de Mallorca, Londres o Eurodisney, izquierda a Ibiza, Berlín o al Forum de las Culturas. Algunos juguetes para los pensadores políticos del futuro: juguetes con mucho plástico multicolor, para la infancia de derecha; construidos en madera -y en su color madera- para la de izquierda. ¿Tienes jefes y compañeros en el trabajo? eres de derecha, los de izquierda tienen jefes y jefas y compañeros y compañeras. Y para ver la tele hay todo un mundo: siéntete de derecha comentando tendencias de moda a propósito del vestido de novia de la mujer del torero, te lo cuenta cualquier salsarosa, o siéntete de izquierda comentando las últimas tendencias emergentes en música étnico-abstracta de Reykjavik, te lo cuenta Metrópolis. En cambio para echar un sueño a la hora de la siesta ante la tele viene bien por la derecha tres kilómetros en directo del Papamóvil llegando a la puerta de Alcalá, por la izquierda, en cambio, nada como una entrevista en inglés de Punset en Redes con algún neurólogo californiano.
No, no teman ustedes si no han salido en este test todo lo rojo o todo lo azul que esperaban. Perseguir la pureza estética sólo conduce al más ridículo esperpento. No hay razas puras en esto de las tendencias, todo son grises. O miren, mejor, y para sentirse a gusto, hagan siempre lo que les dé la gana (si son de derecha) o libérense de prejuicios represores (si son de izquierda). Que viene a ser lo mismo…